Tu que te apareces entre la espuma,
y la sal, que son lágrimas del mar,
de la noche la bruma
de la tarde del escritor la pluma
para ir a navegar.
Eres de mi cuerpo pasión errante
y del artista tu eres el pincel;
inspiración de Dante
también motivación de mi corcel.
Poesía, a veces rayo de mi luna
otras sombra que ciega mi bondad.
Desde el niño en la cuna
hasta el anciano ya sin luz ninguna,
sigues siendo deidad.
Te encuentras del mundo en muchos lugares
a todo el universo vete, ve;
canto de los juglares
llegas a mí, a ti me aferraré.
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