Cuando sea un verso
como fue el nuestro,
un bonito soneto
que recorría ambos cuerpos.
Que sea como la poesía
donde la vida te sonreía
y tu eras la vida mía.
Derretías de mi alma
el hielo que la enfermaba.
Cuando sea el tiempo
abrazo de nuestros besos,
caricia de los deseos
en la arena de tus dedos.
Que sea como la ironía
de en el enfado ser alegría
y de la alegría la sonrisa.
Eres tú la llama,
el fuego me acompaña.
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