Que corto es tu vestido de volantes,
tan corto que puedo ver tus piernas cortas.
Que elegancia y que sutileza
ese porte de mujer que reconforta.
¡Nunca pierdas ese porte, ese andar!
Creciendo aprendes muchas cosas,
pero esa postura... no la pierdas,
me gusta como pequeña, posas.
Que blanco es tu vestido de volantes,
casi tanto como tu hermosa piel.
Niña de mis ojos no me crezcas,
si me quieres niña, a la edad no te des.
No quiero ver el odio del mundo
reflejarse en tu linda tez.
Niña buena, blanca niña,
no te pierdas con la madurez.
Que bello es tu vestido de volantes,
tan bello como tus rizos dorados.
con que soltura caen por tu espalda
y se enredan entre los dedos de tus manos.
No te me cortes el pelo, niña
no pierdas tus poderes humanos
y con ella la cabeza que los adultos
perdieron volviéndose desdichados.
Ese lazito en tu vestido de volantes.
¡Qué barbaridad! Bonito sobre tus ojos,
tan azules son ambos que me pierdo
en tu inocencia de flor de loto,
no la pierdas, te lo pido por favor.
Si pudiese yo satisfacer tus antojos
y protegerte de el mundo adulto...
¡Pero es que del mundo adulto sobro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario