Una lanza se clava en el agua
otra atraviesa mi humilde corazón.
Una flota,
la otra, no.
Donde es más caliente se para,
allí donde puede causar más dolor.
Amenaza con la muerte, pero no alcanza
a cortar el canto del ruiseñor.
Y ese canto en el mar se clava,
más poderoso que un cañón.
Pero en el mar flota,
en mí, no.
Se escucha en el monte una bala
se clava en el pecho del leñador,
mientras cae el árbol que tiene el hacha
atravesando su madera y mi tendón.
De esa madera el barco "Esperanza"
de la nada, y sin rumbo, nació.
Una lanza lanzó su estocada.
La madera flota,
mi barco, no.
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